ESTAMOS DE SORTEO!! AQUÍ
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HOLA CHIC@!!
Os quiero enseñar unas foticos a las que les tengo mucho cariño. Son algunos de los perros y gatos que he tenido en acogida en casa. Son más gatos que perros, pero bueno, aquí os los presento. Lo voy a ir haciendo en varias entregas, jejeje, porque han sido muchos y no quiero agobiaros a fotos.
BLANKITA:
Esta gatita era de la colonia de gatos que hay en mi barrio, les damos de comer entre una mujer y yo, ella dice que somos como un matrimonio separada y nos vamos turnando la custodia de los gatetes.
Blankita era la única que se dejaba tocar, pero también era muy asustadiza.
Nos dijeron que debía ser una persa turca. Estuvo en mi casa un mes y pico, y se la pasaba metida en su casita o debajo de sillas, sillones o lo que fuese que la hiciera sentir más agusto. Conmigo tenia miedo, supongo que por la manera de sacarla de la calle, fui algo brusca con ella porque tenia miedo y no quería que se me escapara. Con mi novio en cambio era super confiada, cuando se sentaba en el sofá ella se ponía sentadita en el suelo mirándolo, y cuando el agarraba el cepillo, Blankita rápidamente se subía en su regazo.
Ahora vive en Alemania, con una familia que tiene otro gatazo negro. Dicen que están siempre juntos, y los llaman ying yang cuando duermen abrazaditos.
SUKY:
Esta gatita me trajo muchos problemas, pero todo sea por ellos!! Estaba en el refugio, y era de las más sobarronas, pero encontró adoptante y había que esterilizarla, así que me la traje a casa recién operada para tenerla vigilada y que no se quitara los puntos, y también para que se fuera acostumbrando a las casas y a la gente.
El caso es que como buena hembra que es, Con mi gato y con mi novio se llevaba de lujo, pero a mi me tenia un odio que no podía ni verme. Tenia que curarle la herida y supongo que por eso. Se me tiró varias veces, y en una ocasión me arañó bastante las piernas. Le gustaba ponerse en la silla que hay al lado de la silla del ordenador de mi novio, y cuando me acercaba a decirle algo o lo que fuese, tenia que tener mucho cuidado, porque me amenazaba y a veces me soltaba el zarpazo. Estuvo en mi casa dos semanas, ahora ya vive con su nueva familia, pero no me acuerdo donde era.
PELUSA:
Esta perrita se la encontró una amiga vagando por la carretera, y me llamó porque era cachorrita y mordía. Al principio si que mordía, estaba asustada, pero cuando le di unas cuantas chuches y la acaricié un ratito, ya perdió el miedo. La llevé a la veterinaria y me dijo que estaba bastante sana, que no era callejera, y además tenia chip, pero aun no estaba dado de alta. Así que como era tan pequeña, decidí quedármela en casa hasta que se supiera de quien era.




La perrita pasó un mes y medio mas o menos conmigo sin que se supiera quien era el dueño, y en ese tiempo me enamoré de ella. Por momentos pensaba que ojalá sus dueños no la quisieran, estaba decidida a quedármela, era la perra más buena, cariñosa, obediente que he visto nunca. No tenia que regañarle nunca, si veía que hacia algo mal, bastaba con mirarla y ella sabía que eso no estaba bien.Aprendía super rápido. Se llevaba genial con mi gato. Aunque el no quería muchas cuentas, ella siempre iba a donde estaba el y se tumbaba a su lado, acercándose poquito a poco, y cuando el no se daba cuenta, se repegaba junto a él para quedarse dormida.
La llevaba al parque que hay detrás de mi casa, y cuando volvíamos, yo me limpiaba las zapatillas en el felpudo y ella hacia lo mismo, era super gracioso verla.
Al final, después de un mes y medio o así, la vete me dijo que el chip ya estaba asignado, y que tenia los datos de la familia. Estuve tres días yendo por ese barrio para investigar, ya que es de los peores barrios de la ciudad, y aunque por ahí vive mucha gente rara, la casa de la familia era una casa grande y bastante buena por fuera, pero seguía sin fiarme, nadie había puesto denuncia, no había visto carteles, incluso fui a la clínica donde le pusieron el chip para ver si había algún cartelito o algo, pero nada, así que esperé más.


Al final me decidí a llamar a la familia, y les dije que vivía en Madrid, que me la encontré en un viaje y me la traje a casa, y que no pensaba enviarla por ninguna empresa de mensajería, que si de verdad querían a la perrita, que tenían que venir por ella desde Jaén. Era la mejor manera de saber si realmente la querían, y también yo estaba esperanzada en que decidieran dármela solo por no viajar, hay gente que lo hace. Me dijo que hablaría con la familia a ver que decían, ya que tampoco podían permitirse viajar tan lejos.
Al final me llamaron para decirme que si, que venían por ella, y me inventé la excusa de que tenia que bajar a Jaén por unos papeles de mi suegro. Quedamos en un parque, y cuando llegaron, os juro que lo que vi no se me va a olvidar en la vida. Pelusa me quería mucho, pero vi que a ellos también. Se puso histérica, correteaba en círculo chillando como si algo le doliera mucho. Se les tiró loca perdida chupándolos por todos lados, y a veces también se venia y me lo hacía a mi. Vinieron los cuatro miembros de la familia, el padre, la madre y los dos hijos. Lloraban los cuatro como niños, y yo también. Se revolcaban por el césped con ella los cuatro, y el hijo, de 17 años, que en esa edad todo les dá verguenza y quieren ser muy machos, lloraba como un niño chico, se revolcaba con ella, dándole besos por la barriguita. La niña estaba como en shock, no se movía, solo lloraba, y al final solo la vi moverse para abrazarse a mi cintura dándome las gracias por cuidarla.


Todavía hoy, se me caen las lágrimas de acordarme de mi Pelusilla. Ellos la llamaban Nana. No he vuelto a verla, ni a llamarles, aunque muchas veces he tenido ganas de saber de ella, pero no puedo, en dos meses que la tuve, la tomé muchísimo cariño y sé que sufriria. Ellos tienen mis datos, les escribí un sms diciéndoles que ahora vivia en Jaén, y que si necesitaban algo, si se iban de vacaciones o lo que fuese, que contaran conmigo para cuidarla. Me respondió el hijo dándome las gracias y diciéndome que contarían conmigo para cualquier problema, y que podia ir cuando quisiera a verla, pero yo no puedo. Me basta con saber que está bien, y que la quieren. Volver a verla me haría daño, aunque todavía guardo su direccion y su teléfono después de algo mas de un año.